viernes, 16 de enero de 2015

La sombra en la pared, los medios y las maras


Vamos a ver. Las "maras" son un fenómeno cultural, ¿cierto?. Que comenzó en EEUU a finales de los 70 como mecanismo social para autoprotección de jóvenes centroamericanos huyendo de las guerras en sus países contra los vejámenes que otros inmigrantes y el sistema mismo les propinaba.
De aquella respuesta violenta, se aprovechó casi desde un principio el narcotráfico -manejado por personas que no son "mareros"- usando a las "maras" como consumidores y pequeños mercaderes de narcóticos. En México, el fenómeno de las pandillas ha mutado convirtiendo a aquel país en 32 estados fallidos. En México no se llaman "maras" sino cárteles, grupos armados, y poseen otros nombres como "Guerreros Unidos",o "La familia Michoacana". En Centroamérica, el fenómeno posee características propias.
Entonces, el abordaje de un fenómeno cultural, comienza con estudios culturales.
Si fuera un tomador de decisión de este país, reuniría un conjunto de estudiosos/as, investigadores/as, hacedores/as culturales, cientistas sociales, para caracterizar el fenómeno de las "maras", porque como me dice un colega que vive en un barrio conflictivo, "no alcanzarán los penales para meterlos a todos/as, ser "marero" es la aspiración de los niños/as, y tienen raíces y colaboradores como las madres, padres,tíos abuelos/as, es una forma de vida al margen del entendimiento de la sociedad y sus leyes, es cultural".
Los estudios culturales para abordar el fenómeno de las "maras", en un país como este, debería ser de los primeros pasos.
Y no, El Salvador no es un estado fallido y ni estâ bajo control de las "maras". La hiperviolencia es estimulada por los medios sensacionalistas. El miedo es ùtil tanto para el crimen como para las ventas de los medios sensacionalistas. Una sombra en la pared, provoca cualquier reacción e interpretación, el miedo es la más destacada.
La violencia, y sobre todo cuando es propiciada por el Estado tal como quisieran algunos militares,como una espiral o madeja, se sabe con exactitud dónde comienza...pero no donde termina