martes, 11 de diciembre de 2012



La transparencia por el bien común y el interés público. Escrutinio a la cosa pública y a la privada.

Por Herbert Vargas



La transparencia es una tendencia de nueva aplicación en la región latinoamericana. Como su implementación enfatiza el ejercicio público, depende de variables, ritmos, pulsos y vaivenes políticos. En El Salvador el proceso inició con la promesa del entonces candidato de la izquierda, Carlos Mauricio Funes Cartagena, por transparentizar, modernizar y profesionalizar el ejercicio público.

Esta decisión más que una promesa vacua, constituye una urgencia en la administración del pequeño país centroamericano. Así, en la coyuntura política de la que emerge el primer presidente representante de un proyecto político de amplio espectro, comienza la empresa de construir un andamiaje en la que el ejercicio público se visibilice para el escrutinio incipiente de la ciudadanía y cuyos alcances estribarían en la participación ciudadana en las decisiones de los gobiernos que eligen. . Esta empresa no tiene precedentes en el país, que al igual que el resto de países latinoamericanos fue sometido a las inequidades de todo tipo, incluyendo las correspondientes a las  asimetrías de información de la cosa pública (Vergara, 2008).

La opacidad en el ejercicio público ha sido la usanza en el desarrollo histórico de las sociedades latinoamericanas. A fuerza de sangre y fuego los regímenes militares que asolaron la región, dieron rienda suelta a uno de los fenómenos culturales que hace posible el subdesarrollo. La aplicabilidad de los fenómenos culturales se da en todos los individuos, organizaciones en una sociedad. Así el Estado es la entidad llamada a reprimir la voluntad de los ciudadanos a través de a ley y las instituciones. Estos conceptos del Estado moderno adoptados por la democracia representativa vigente, abarcan a toda la sociedad, a todos los individuos, a todos los sectores. La plataforma económica del Estado es la determinante sine qua non puede entenderse el ejercicio transparente de la cosa pública. Sin embargo esa plataforma económica no se explica sin en concurso de la ciudadanía. En el estado actual de cosas ese concurso se evidencia en el mercado, compra venta de cosas y servicios, a través de la ley y los derechos, de las obligaciones, y la suma de estas actividades no son posibles en un escenario fuera de lo público…y de lo privado. Si bien es cierto que la transparencia en El Salvador, por ahora abraza exclusivamente el ejercicio público, es menester ampliar, extender el panorama hacia lo privado, hacia el interés público.

La historia demuestra cada vez más la activación de la dicotomía entre lo privado y público, una relación mutuamente incluyente. Esta relación –muchas veces tortuosa-  obliga a que desde el ente responsable de regir a la sociedad en su conjunto –El Estado- emane la ley, que deberá aplicarse a la totalidad de la ciudadanía, sin ambages, ni dobleces, derrumbando las mistificaciones  en que la sociedad salvadoreña había estado acostumbrada a vivir:

“Otro mito que se ha derrumbado es el de la transparencia empresarial, al igual que han perdido credibilidad las ideas propagadas desde los círculos empresariales acerca de la superioridad administrativa y ética del sector privado sobre el sector público. No hay que perder de vista que en un momento en el que la lógica del mercado se impone sin resistencias por el mundo, los epígonos del neoliberalismo no se cansan de repetir la tesis de que el sector público es, por naturaleza, ineficiente y corrupto, mientras que el sector privado empresarial tendría como características distintivas la eficiencia y la honestidad”. (El caso Mathies Hill: los empresarios y la sociedad civil ante la transición democrática Revista ECA. UCA Editores. Obtenido el 7 de diciembre de 2012 desde http://www.uca.edu.sv/publica/eca/585com1.html)

Y es que existen sobrados casos en el mundo en los que ante una crisis del sector privado, es la sociedad en su conjunto termina pagando. Las ganancias son privadas, los costos públicos. Lo privado no significa un blindaje en sí mismo. Privado denota el usufructo de las condiciones que ofrece la sociedad a través del Estado, para la consecución del lucro. El sector privado es una connotación eminentemente económica. Se refiere al lucro, a la obtención de la ganancia, al mercado. Este sector no puede existir sin el andamiaje que provee el Estado y la administración de este se le confiere el epíteto de “lo público”. Exceptuando las ganancias, las actividades del sector privado incumben a la sociedad en su conjunto. La tranza de materias primas, recursos naturales, humanos, técnicos y servicios para su transformación en ganancias, son obtenidas desde las condiciones propuestas en la sociedad a través del Estado. Por ello, las implicaciones de sus actividades incumben a la sociedad entera, y eso pasa también por la transparencia.

La toma de decisión en el ejercicio público no deja margen a la buena voluntad. A razón de la decisión política del actual presidente Funes, y de suficiente antecedente histórico sobre usos y mal usos de la cosa pública salvadoreña, se inicia en 2011 el proceso de construcción del andamiaje que dará vida a la Ley de Acceso a la Información Pública vigente desde el 7 de mayo de 2012. No obstante queda un claro desafío para que los alcances de la Ley cubran lo suficiente a todos los sectores de la sociedad, mas allá de la plataforma económica en que se desarrolle cada sector, por el bien común establecido en la Constitución de la República y por el interés público. Esta brecha ya ha sido planteada desde la academia:

Que empresarios inescrupulosos atenten contra la estabilidad económica y pongan en riesgo la credibilidad del sistema financiero es algo que no debería ser preocupación sólo de la clase política, sino preocupación de todos los salvadoreños. La indiferencia ante los problemas nacionales que ha predominado hasta ahora debe ser reemplazada por una vigilancia activa. Sólo así se podrá poner un alto a los desmanes de empresarios y políticos deshonestos; sólo así quienes poseen una cuota de poder económico o político sabrán que ello no los convierte en amos absolutos de El salvador. (El caso Mathies Hill: los empresarios y la sociedad civil ante la transición democrática Revista ECA. UCA Editores. Obtenido el 7 de diciembre de 2012 desde http://www.uca.edu.sv/publica/eca/585com1.html)








¿Beneficios privados, costos públicos?

Para comprender la transparencia desde la perspectiva salvadoreña, es menester visitar los principales antecedentes que evidencian la opacidad en el ejercicio público y cimentar con ello la necesidad que la transparencia amplíe sus alcances al sector privado, considerando que en los 20 años que antecedieron al ascenso del primer  gobierno de amplio espectro en El Salvador ,esta frontera entre lo público y privado  fue casi inexistente a razón de los programas de ajuste estructural que promulgaban la disminución del aparato estatal bajo la figura de privatización de los recursos estatales a concesiones a través de subterfugios legislativos.

Este modelo, implementado a pie juntillas en El Salvador, provocó que la delgada línea en tramos inexistente, entre los grupos empresariales y los administradores del Estado no contuviera la tentación de usufructuar el Estado para beneficio privado. Esta consideración cobra fuerza a razón del tamaño del mercado salvadoreño, en la que los negocios de máximo interés público, como el bancario, se reducen a un puñado de familias dedicadas al sector.




El caso Mathies Hill  (1)

A finales del siglo 20, en pleno apogeo del modelo económico neoliberal, los servicios florecieron en El Salvador. La privatización de la banca, aparece como festín para el puñado de familias de inversores en el negocio emergente. Si bien la rentabilidad es de exclusivo goce de los inversionistas del  sector, la razón de ser de su giro, estriba en el manejo de fondos del público, sujeto a regulación del Estado. La figura de la mano invisible, funcionó. Interesante resulta conocer lo que la gente hace cuando nadie la ve. Más interesante resulta conocer los que la mano invisible del mercado no pudo contener. Un ardid jurídico reza que Todo lo que la ley no prohíbe, se puede hacer. Así, fueron desaparecidos fondos públicos de empresas privadas que la sociedad en su conjunto debió salir pagando.  De estos casos surge la necesidad de establecer “la otra mano”, que sea capaz de contener las tentaciones para que desde lo privado se manipule el interés público en la opacidad de una mano que aunque “no se ve”, no transparenta.

En esta necesidad de transparentar el ejercicio privado en el bien público basaría el accionar del Estado con la creación de la superintendencia del Sistema Financiero, llamada a escrutar los ejercicios financieros de la banca, con la misión de: “Supervisar la actividad individual y consolidada del sistema financiero bajo el enfoque integrado, para contribuir a preservar la estabilidad, eficiencia y transparencia del mismo, cooperando de esa forma con la adecuada protección del usuario financiero”.(2)


En julio de 1997, el Estado Salvadoreño intervino a las financieras FINSEPRO e INSEPRO por operaciones ilegales de traslado de fondos (3). La noticia corrió y cundió el pánico en los inversionistas que se agolparon a las puertas de las financieras. El monto de las estafa ascendía a 1500 millones de colones (moneda nacional de la época).  Por la estafa fueron detenidos los directivos de las financieras. El Estado creó un fideicomiso especial para resarcir a las víctimas por un monto de $120 millones de dólares. Bajo acusaciones de que las financieras imputadas” maquillaron” su estado financiero engañando así a las autoridades, los afectados interpusieron un recurso ante la Corte Suprema de Justicia quien finalmente falló a favor del Estado sobreseyéndolo a cancelar $60 millones reclamados por los afectados. En junio de 2001, Roberto Mathies Hill, presidente de las financieras intervenidas, fue absuelto de todo cargo.














El Caso Guillermo Maza.

Minimizar el Estado. Cortar la grasa de la economía (Estado). Eliminar la burocracia y la ineficiencia estatal, son algunas de las premisas adoptadas por las administraciones neoliberales de finales del siglo 20 y principios del 21, en El Salvador. Esta minimización, llevaría  a que los servicios que antes proveyó el Estado, fueran ofrecidos por empresas privadas con supuesta mayor eficiencia.

 ¡Todo lo que la ley no prohíbe, se puede hacer! En ningún cuerpo legal salvadoreño se establece el empobrecimiento de servicio estatal como política pública. No obstante fue la usanza oficial que se tradujo en beneficio para el sector privado.

El empobrecimiento en la calidad de los servicios públicos de salud, favoreció por más de 2 décadas al sector privado. Los administradores del sector privado de salud, “recomendaban” a sus pacientes el uso de los servicios privados en busca de calidad en la atención. Así, el ex ministro de salud nombrado por el ex presidente Antonio Saca, es a la vez de máximo titular de salud del país, propietario de clínicas privadas que entre los servicios ofertados se encuentra la tomografía axial computarizada, TAC.

Durante los años de su administración, los aparatos TAC de los principales hospitales nacionales del país (Rosales, Maternidad e Infantil), cayeron en deterioro. El Estado manifestó no contar con los recursos para adquirir nuevo equipo. Cada máquina está valorada en $1.5 millones aproximadamente. Para suplir la demanda de estos exámenes, bajo sugerencia del Ex ministro, los pacientes acudían a su clínica privada, los que eran referidos del sistema público pagaban una cuota preferencial de $150 aproximadamente, precio inalcanzable para la mayoría de los usuarios de servicios públicos de salud en el país. Sin embargo, la ley no impedía esa práctica. El ex ministro manifestó en aquella época que hacía labor altruista al atender la demanda insatisfecha por los exámenes que el Estado no podía proveer. (4)  





La crisis global que todos pagamos

«El estallido de la crisis económica de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007 cuando los Bancos centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez al sistema bancario». Tras varios meses de debilidad y pérdida de empleos, el fenómeno colapsó entre 2007 y 2008, causando la quiebra de medio centenar de bancos y entidades financieras. Este colapso arrastró a los valores bursátiles y la capacidad de consumo y ahorro de la población.
George Soros


España, Portugal, Grecia, Islandia y próximamente Italia, son tan solo algunos casos en los que la especulación de capitales provoca profundas fisuras en el planteamiento económico que finalmente afecta a sus poblaciones.  Así, la banca internacional cuyos réditos benefician a sus inversores, entra en ciclo catastrófico cuyos costos la sociedad en su conjunto debe asumir.

Para el caso español, se estima que la deuda pública supera 4 veces al PIB. Una política macroeconómica de salva taje en detrimento del interés público. Decisiones privadas que la sociedad española paga con creces. La política de” rescate” de las decisiones privadas en la banca española apuntan hacia la privatización de los servicios de la sanidad pública entre otros importantes recortes en educación y pensiones. En total, las comunidades autonómicas españolas, la ciudadanía ibérica estaría pagando 292.000 millones, casi un 30% del PIB. (5)

En los Estados Unidos la crisis comenzó a percibirse a inicios del siglo 21. Siendo los sectores más afectados de la economía el bursátil e inmobiliario. Así tras numerosos escándalos de incremento de salarios a los funcionarios bancarios y la deprimente situación de la economía estaunidense frente al  auge del BRIC  y la guerra de divisas, puso a prueba la paciencia de los ciudadanos promedio quienes descontentos, conformaron el Movimiento Occupy,  en protesta de una crisis que no compraron pero que deben pagar. Según cifras entregadas por la Fundación Homeless on the World, se estima que cerca de un 15% de la población norteamericana perderá sus viviendas por las altas tasas de interés que se aplicarán a sus hipotecas y que las harán “imposibles de cancelar”.





Transparencia: Escrutinio a la cosa pública y a la privada.

Vergara afirma que “la transparencia es el compromiso que establece una organización gubernamental por dar a conocer al público que lo solicite la información existente sobre un asunto público”.  (Vergara, 2008, pág.18).  No obstante, la historia nos provee demasiados ejemplos que evidencian la urgente necesidad de extrapolar  este concepto. Define las asimetrías de la información como el fenómeno cotidiano que evidencia la necesidad de la transparencia en las organizaciones públicas. La transparencia antecede a la rendición de cuentas. Hace posible que la ciudadanía demande mejores servicios; incentiva al funcionario público a mejorar su desempeño y previene actos de corrupción.

Las implicaciones de la transparencia como valor cultural debe ser aplicables a la sociedad en su conjunto, tal como es aplicable la ley a todos los ciudadanos, sin excepción. Sin embargo la tendencia regional es transparentar el ejercicio de la cosa pública y las razones sobran.

El acceso a la información pública – de interés público- no es de exclusiva responsabilidad del aparato estatal. En el estado actual de cosas, también el sector privado usa información privilegiada de interés público. Para el caso salvadoreño, el registro de personas naturales, la banca privada que maneja fondos públicos, el sector privado de servicios de salud son tan solo algunos ejemplos que no deberán escabullirse en los subterfugios del pasado para no ser regulados o cuestionados por las instituciones del Estado, de la sociedad.

Sin embargo la ley vigente ve limitado sus alcances, así lo demuestra la Ley: Objeto, fines, principios y definiciones Objeto

Art. 1. La presente ley tiene como objeto garantizar el derecho de acceso de toda persona a la información pública, a fin de contribuir con la transparencia de las actuaciones de las instituciones del Estado.

Entre los considerandos de la ley, podría interpretarse que ciertas funciones aplicables para el sector privado con interés público están depositadas  en otras normativas como la Ley de ética Gubernamental (no vinculante según el caso), o en las leyes de creación de cada entidad como las superintendencias de pensiones, financiera, electricidad y telecomunicaciones respectivamente,  basadas en códigos vigentes y  en la Constitución de la República.

El uruguayo salvadoreño Marco Rodríguez fue nombrado por el Presidente Carlos Mauricio Funes como sub. Secretario de transparencia y anticorrupción honrando con ello su compromiso de campaña.

Admitiendo que la Ley es de obligatoria aplicación para todos los ciudadanos por igual y asumiendo que la información pública no es de exclusiva administración del Estado; advirtiendo además las competencias asumidas por otras normativas respecto a la ética y el escrutinio especializado sobre instancias privadas de interés público (Superintendencias de telecomunicaciones, salud, pensiones, etc), se le consultó al sub secretario sobre la pertinencia o no de la aplicabilidad de la Ley de Acceso a la Información Pública mas allá del Estado, y esto fue lo que nos dijo:

“La LAIP como mecanismo legal (se basa) en las reglas del sentido común. Debo decir que LAIP es una obligación ética de los agentes de la sociedad. No conozco sociedades transparentes con gobiernos corruptos. El estado tiene una responsabilidad especial pero no única. Es estado por cierto puede ser una herramienta importante de desarrollo, esto no exime que las ONG´S no sean transparentes. FESPAD ya hizo su rendición de cuentas de una iniciativa privada y les felicité por ello”. (8)


A manera de conclusión


Schelder (2008), nos advierte sobre la pertinencia de no confundir meras y estrechas usanzas como la regulación y control con la transparencia. La rendición de cuentas es un acto tan solo de la transparencia. La capacidad de dar respuesta ante el cuestionamiento de las razones (cuentos) e información (cuentas) al respecto de algún resultado. La contraparte de la opacidad tradicional en nuestros estados latinoamericanos. Sin embargo, transparencia va más allá. Es un concepto íntimamente ligado al diseño del poder en la sociedad latinoamericana, que responde a la diferenciación puntual entre Estados y gobiernos.

La transparencia debe ser entendida como valor cultural, como un medio para un fin. La transparencia es un estadio. Aunque no este establecida en la LAIP salvadoreña, deberá integrar nuevas concepciones, de poder, de estado, de la sociedad, de profundización de la participación ciudadana.

La transparencia no debe reducirse al conjunto de normativas y actos legalmente regulados sobre rendición de cuentas en la cosa pública. Esta ley debe considerar a todos los sectores de la sociedad como considerados están en el andamiaje legal del Estado todos los ciudadanos. Esta ley no debe ser la excepción. No considerarla así es conformismo. Es legitimar el valor simbólico de antiguos roles de los sectores de la sociedad que palidecen ante los nuevos tiempos. Es redundar y condenarnos...a la democracia representativa.










Referencias bibliográficas

(1) El caso Mathies Hill: los empresarios y la sociedad civil ante la transición democrática Revista ECA. UCA Editores. Obtenido el 7 de diciembre de 2012 desde http://www.uca.edu.sv/publica/eca/585com1.html

(2) Superintendencia del Sistema Financiero


(3) El Estado no pagará por fraude FINSEPRO.  La Prensa Gráfica. Publicada el 24 de junio de 2005 y obtenida el 8 de diciembre de 2012 desde http://www.elsalvador.com/noticias/2005/06/24/nacional/nac16.asp

(4) PNC captura al ex ministro Maza por delitos de corrupción. El Faro. Publicada el 5 de abril de 2011 y obtenida el 8 de diciembre de 2012 desde http://elfaro.net/es/201104/noticias/3892/

(5) Alegría F. (2012) Su Deuda privada, “nuestra” Deuda pública. Obtenido el 9 de diciembre de 2012 desde http://www.rebelion.org/noticia.php?id=143969

(6) Jáuregui, J. (2009) La crisis financiera de los Estados Unidos. Causas, contexto y  dinámicas. IAE. Obtenidos el 9 de diciembre de 2012 desde http://www.iae.edu.ar/antiguos/Documents/iae_11_Pag66.pdf

(7) ¿Cómo entender la crisis de los Estados Unidos? El Ciudadano. Publicado el 8 de agosto de 2008 y obtenido el 8 de diciembre de 2012 desde el sitio http://www.elciudadano.cl/2011/08/08/39275/como-entender-la-crisis-economica-de-estados-unidos/

(8) Transmisión en línea vía Twitcam con Marcos Rodríguez (@MERodriguez53), Subsecretario de Transparencia y Anticorrupción, Obtenida el Viernes 7 de diciembre. http://www.transparenciaactiva.gob.sv/perfect-quotes/a-partir-de-hoy-la-subsecretaria-de-transparencia-celebra-la-semana-de-la-transparencia-en-el-marco-del-dia-internacional-de-la-lucha-contra-la-corrupcion-que-se-celebra-el-9-de-diciembre/

Aguilar, J. (2008) Transparencia y democracia: claves para un concierto; Cuadernos de Transparencia 10, IFAI, México:  Obtenido el 8 de diciembre de 2012 desde http://www.ifai.org.mx/Publicaciones/publicaciones

Schelder, A. (2008)¿Qué es la rendición de cuentas?, Cuadernos de Transparencia03,IFAI, México. Obtenido el 8 de diciembre de 2012 desde http://www.ifai.org.mx/Publicaciones/publicaciones

Vergara, R.  (2008) La transparencia como problema, Cuadernos de Transparencia 05, IFAI, México. Obtenido el 8 de diciembre de 2008 desde  http://www.ifai.org.mx/Publicaciones/publicaciones

Ley de Acceso a la Información Pública de El Salvador. (2012). Obtenida desde www.minec.gob.sv



















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