Recordando el 22 de enero de 1932
El chucho
Herbert Vargas
La bestia escupió ira,
creyó que éramos piel, danzas y cuentos,
su ladrido suntuoso salpicó de codicia,
creyó que éramos carne, huesos, hebras del tiempo,
borracha de fuero fue dueña del robo,
trémula cólera de infinitos huecos.
creyó que éramos piel, danzas y cuentos,
su ladrido suntuoso salpicó de codicia,
creyó que éramos carne, huesos, hebras del tiempo,
borracha de fuero fue dueña del robo,
trémula cólera de infinitos huecos.
El animal creyó éramos ritos al viento,
su miedo al fragor de tierras y fuego
esculpió su terror, viendo su reflejo
y en su cruz cinceló su sosiego ejidal
su miedo al fragor de tierras y fuego
esculpió su terror, viendo su reflejo
y en su cruz cinceló su sosiego ejidal
Y el can se aprendió sus fracasados versos
Pero prevalecen la estrella, el cielo y el volcán,
la tierra, maíz y el suelo,
y el ojo de agua y el quetzal
la tierra, maíz y el suelo,
y el ojo de agua y el quetzal
Y ahí sigue el venado, el color y refajos
Y ahí están los huipiles y el maquilishuat
Y ahí sigue la sangre sembrando mañanas
Porque somos todo, así no más
Y ahí están los huipiles y el maquilishuat
Y ahí sigue la sangre sembrando mañanas
Porque somos todo, así no más
El chucho, recita sus páginas
.. y muerde su cola mirando al azar
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