jueves, 10 de marzo de 2011


Maldita sea la exitosa dictadura del miedo
Eduardo Galeano

Palabras pronunciadas el 22 de febrero de 2011, en la ceremonia de entrega de la Medalla 1808, que el jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, otorgó al escritor Eduardo Galeano, martes, 1 de marzo de 2011, 09:23 am.

Mucho me honra recibir esta ofrenda, porque mucho tiene de desafío: en nuestros países la independencia plena es todavía, en gran medida, una tarea por hacer, que nos convoca cada día.

En la ciudad de Quito, al día siguiente de la independencia, una mano anónima escribió en una pared: Último día del despotismo y primero de lo mismo.

Y en Bogotá, poco después, Antonio Nariño advertía que el alzamiento patriótico se estaba convirtiendo en baile de máscaras, y que la independencia estaba en manos de caballeros de mucho almidón y mucho botón, y escribía: Hemos mudado de amos.

Y el chileno Santiago Arcos comprobaba, desde la cárcel: Los pobres han gozado de la gloriosa independencia tanto como los caballos que en Chacabuco y Maipú cargaron contra las tropas del rey.

Todas nuestras naciones nacieron mentidas. La independencia renegó de quienes, peleando por ella, se habían jugado la vida; y las mujeres, los analfabetos, los pobres, los indios y los negros no fueron invitados a la fiesta. Aconsejo echar un vistazo a nuestras primeras Constituciones, que dieron prestigio legal a esa mutilación. Las Cartas Magnas otorgaron el derecho de ciudadanía a los pocos que podían comprarlo. Los demás, y las demás, siguieron siendo invisibles.

***

Simón Rodríguez tenía fama de loco, y así lo llamaban: El loco. Decía locuras, como éstas:

Somos independientes, pero no somos libres. La sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en nuestra América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nuestra América no debe imitar servilmente, sino ser original.

Y también:

Enseñemos a los niños a ser preguntones, para que se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos. Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra.

Don Simón decía locuras, y hacía locuras. Allá por mil ochocientos veinte y pico, sus escuelas mezclaban a los niños y a las niñas, a los pobres y a los ricos, a los indios y a los blancos, y también unían la cabeza y las manos, porque enseñaban a leer y a sumar, y también a trabajar la madera y la tierra. En sus aulas no se escuchaban los latines de sacristía y se desafiaba la tradición del desprecio por el trabajo manual. Poco duró la experiencia. Un clamor de indignadas voces exigía la expulsión de este sátiro que ha venido a corromper a la juventud, y el mariscal Sucre, presidente del país que ahora llamamos Bolivia, le exigió la renuncia.

A partir de entonces, anduvo a lomo de mula, peregrinando por las costas del Pacífico y las montañas de los Andes, fundando escuelas y formulando preguntas insoportables a los nuevos dueños del poder:

Ustedes, que imitan todo lo que viene de Europa y de los Estados Unidos, ¿por qué no les imitan la originalidad, que es lo más importante?

Este viejo vagabundo, calvo, feo y barrigón, el más audaz y el más querible de los pensadores de América, estaba cada día más solo, y solo murió.

A los ochenta años, escribió:

Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mí.

***

Simón Rodríguez fue un perdedor. Según la escala de valores de este mundo, que sacraliza el éxito y no perdona el fracaso, los hombres como él no merecen memoria.

Pero, ¿acaso no está vivo don Simón en la energía de dignidad que hoy recorre nuestra América de norte a sur? ¿Cuántos hablan por su boca, aunque no lo sepan, como hablaba en prosa aquel personaje de Molière que no sabía que hablaba en prosa?

¿Acaso don Simón no nos sigue enseñando, un siglo y medio después de su muerte, que la independencia es otro nombre de la dignidad? Es verdad que todavía pesa, y mucho, la herencia colonial, que aplaude la copia y maldice la creación y admira, como denunciaba don Simón, las virtudes del mono y del papagayo. Pero también es verdad que son cada vez más los jóvenes que sienten que el miedo es una cárcel humillante y aburrida, y libremente se atreven a pensar con sus propias cabezas, sentir con sus propios corazones y caminar con sus propias piernas.

Yo no creo en Dios, pero sí creo en el humano milagro de la resurrección. Porque quizás se equivocaban aquellos dolientes que se negaban a creer en la muerte de Emiliano Zapata, y creían que se había marchado a Arabia en un caballo blanco, pero sólo se equivocaban en el mapa. Porque a la vista está que Zapata sigue vivo, aunque no tan lejos, no en las arenas de Oriente: él anda cabalgando por aquí, aquí cerquita no más, queriendo justicia y haciéndola.

Y fíjense ustedes lo que ha ocurrido con otro perdedor, José Artigas, el hombre que hizo la primera reforma agraria de América, antes que Lincoln y antes que Zapata.

Hace casi dos siglos, él fue vencido y condenado a la soledad y al exilio. En años recientes, la dictadura militar del Uruguay le erigió un ampuloso mausoleo, queriendo encerrarlo en cárcel de mármol. Pero cuando la dictadura intentó decorar el monumento con algunas de sus frases, no encontró ninguna que no fuera subversiva. Ahora el mausoleo tiene fechas y nombres de batallas, y ninguna frase. Involuntario homenaje, involuntaria confesión: Artigas no es mudo, Artigas sigue siendo peligroso.

Cosa curiosa: con tantos vivos que hablan sin decir, en nuestras tierras hay muertos que dicen callando.

Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos cometieron la insolencia de amar a su tierra, y por ella se jugaron la vida. Pero está visto que el patriotismo es el honorable privilegio de los países dominantes: sólo los que mandan tienen el derecho de ser patriotas. En cambio, los países dominados, condenados a obediencia perpetua, no pueden ejercer el patriotismo, so pena de ser llamados populistas, demagogos, delirantes: nuestro patriotismo se considera una peste, peste peligrosa, y los amos del mundo, que nos toman examen de Democracia, tienen la mala costumbre de conjurar esta amenaza a sangre y fuego.

Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos se negaron a repetir la historia y quisieron cambiarla.

Bienaventurados sean los perdedores, y malditos sean quienes confunden el mundo con una pista de carreras y lanzados a las cumbres del éxito trepan lamiendo hacia arriba y escupiendo hacia abajo.

Bienaventurados sean los indignados, y malditos sean los indignos.

Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que nos obliga a creer que la realidad es intocable y que la solidaridad es una enfermedad mortal, porque el prójimo es siempre una amenaza y nunca una promesa.

Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo.

Sí, pero… Cuántos perdedores, ¿no?

Cuando algún periodista me pregunta si soy optimista, yo contesto, sinceramente:

A veces. Depende de la hora.

Siempre me parecieron más bien inhumanos los optimistas full time.

Creo que el desaliento es un derecho humano, y de algún modo es también la prueba de que somos humanos, porque no sufriríamos el desaliento si no tuviéramos aliento.

Hay que reconocer que no es muy alentadora la realidad, que tiene la jodida costumbre de recompensar a los exprimidores del prójimo y a los exterminadores de la tierra, el agua y el aire. Y en cambio, las más apasionantes aventuras de transformación de la realidad suelen quedarse a mitad de camino, o se extravían y se pierden, y muchas veces terminan mal.

Hay que reconocerlo, digo, pero también cabe preguntar: Cuando esas lindas experiencias colectivas terminan mal, ¿de veras terminan? ¿No hay nada que hacer, sólo nos queda resignarnos y aceptar el mundo tal cual es, como si fuera destino? Hace pocos años, se puso de moda la teoría del fin de la historia. Más de uno se tragó ese sapo, a pesar de que el sentido común nos demuestra, con poderosa sencillez, que la historia nace de nuevo cada mañana.

Lo mejor de este asunto de vivir está en la capacidad de sorpresa que la vida tiene. ¿Quién podía presentir que los países árabes iban a vivir este huracán de libertad que están ahora viviendo? ¿Quién iba a creer que la plaza de Tahrir iba a dar al mundo esta lección de democracia? ¿Quién iba a creer lo que ahora puede creer ese muchachito plantado en la plaza durante días y noches, cuando dice: Nadie nos va a mentir nunca más?

Al fin y al cabo, cuando la historia dice adiós, o eso parece decir, ella nos está diciendo, o al menos murmurando: hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.

Y yo me despido de ustedes, ahora, que ya es hora, como la historia me enseñó, diciéndoles gracias, diciéndoles: hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.

"Locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes"
Albert Einstein

sábado, 20 de noviembre de 2010

In vino veritas. La juerga. Vorágine

VICARIOS

Los dioses están cansados
Perennes residentes del imaginario
Astutos imbéciles dueños del tiempo
Tropelías galopan en los lustros y centenios
en nombre del axioma
Y del pensamiento inconcluso


¡Seréis vosotros pues cadetes de la infamia !
Seréis acaso absurdos jueces de lo finito
mientras la mofa elude sangrientas tropelías
allá montados en las dendritas del vicario

¡Ah bellacos pelafustanes !
Mojigatos absurdos e inexcusables
prolíficos mentores de la falacia sagaz
!responsables de todo lo dividido !

¡Moriríais al ritmo del mimo verde!
Pereceréis sin nunca haber sido vistos
Ocultos como irresponsables ideas
Como los supremos versos del poeta proscrito

Soeces profetas inmundos
Habéis retrasado nuestros desarrollos
Y habrá un día
En que las razas cuelguen sus pecados
Se convertirán en savia, sangre y asbesto
Y correrán tras de si
desenmascarando al laberinto



Herbert Vargas


La JUERGA



¡No soy digno!
¡No soy digno!
bienaventurado el iris
que te vio pasar por esta tierra de haraposos mortales
impíos bellacos que no apreciais belleza alguna
La inhumana eximia en forma de mujer nubílica.
¡las reverencias de las piedras todas!
de los granos de esperanza del maíz
de los árboles y pastizales
y demás seres alados del concierto baladí,
para aquella que inunda las retinas todas
envidiada desde el secuestro del celo
por su imperfección...
¡Bienaventurado aquel que estrechase su angelical mano!
¡bienaventurada aquella que compartió su mesa
e ingirió junto aquel bello ser
las bebidas espirituosas frente al impávido océano
...que nada puede hacer frente a su exhubernate belleza
¡salve oh reina de los bares!
¡salve princesa proletaria!
¡los que vamos a embriagarnos
te saludamos!


herbert vargas



VORÁGINE

Te llevás mis lágrimas
todas en tu mano
yergue en tu vientre
mi extinto ímpetu animal
vestigio de piedras ardientes
...sobre tu alma
...sobre tus pechos

Te llevás en tu espalda y en tus glúteos
los fluídos de mi excelso pudor
que gimió junto a cada poro
en asalto final

Te llevás mi sagrado odio
y cuando crezca el bosque
nos veremos entre sus ramas erguidas
sobre la ceniza de la vorágine
....entre vos y yo


herbert vargas




























PAÑOLETAS


Y correrán los pequeños por doquier evadiendo opúsculos venenosos
entre fecundos campos de irreconciliación
perán llamados a defender nuestra revolución
Portadores del movimiento
pugnarán con los mismos pequeños y sus mentes
con los detractores del pleito
¡Y nuestra será la culpa
por no anticipar el golpe !

Arderán las ideas que no construimos en sus sienes
pues el elegante castillo de naipes
no se preparó frente al vendaval que se cierne
Púrpuras los objetivos inconclusos
para ser invocados por labios en dialego
para siempre tardío
¡Buscad a los jóvenes!
¡No los obliguéis a militancia alguna !
pues lo extraordinario es inherente a su generación
en consecuencia del precioso culmen

¡Acudid a los jóvenes!
a la subversión ignota en sus espíritus
Inexpugnables, soeces y destellantes
Calumniarán al infinito y sus huestes
Acudid a vuestros urgentes espasmos
para instigar al mineral y al vegetal
a sumarse a la termodinámica del mundo
¡Al definitivo contraste!
para ser libres…como sus mentes
como sus ideas

¡Contráete mordaza de deudas pasadas!
pues seremos dueños de nuestro tiempo
que Aún no logramos
….Pues revolución sin baile
NO ES REVOLUCIÓN
….Que así sea.



Herbert
120607





EL GOBIERNO DE LOS BURROS

No hay descanso
en cada piedra del río
empapadas de rumor
y musgo multicolor en espera del tropiezo

La espesa corriente
en creciente anega
el exordio intelectual
y desemboca para estancarse
en el granate estero del gobierno de los burros

Quienes por obvias razones
habrán perdido sus orejas en la rivera
Y con ellas la capacidad de escuchar a los peces

Las corrientes vigororsas
proceden de inmediato
una a una hundiendo esas piedras
mientras van perdiendo su color

Presurosas las criaturas huyen
de lo que antes fue riqueza
dispuestas a embestir.

Los burros ya no beben
no escuchan ni a su sed
y su gobierno cayó
con la esperanza de fluir junto al animal







2007















VORÁGINE

Te llevas mis lágrimas
todas en tu mano
yergue en tu vientre
mi extinto ímpetu animal
vestigio de piedras flamantes
…sobre tu alma
…Sobre tus pechos

Te llevas en tu espalda y glúteos
los fluidos de mi excelso pudor
que gimió junto a cada poro
en asalto final
Te llevás ni agridulce odio,
Y cuando crezca el bosque
Nos veremos entre sus robustas ramas
Erguidas sobre la ceniza de la vorágine
….entre vos y yo




El algún momento del ultimo trimestre de 2007
¡La alegría vence!
Cuando el baile y el canto callaron al intolerante opresor.
Para ver a un nacionalista emputado, ponele la verdad en el culo.


Herbert Vargas

La intolerancia recorre nuestras calles, como en cualquier calle del mundo capitalista, provisto por la sempiterna desigualdad. En la aldea capitalina salvadoreña, susurra el conservadurismo, que proscribe todo canto a la libertad, a la verdadera libertad. Y es que en una noche de juerga, la urbe ofrece disímiles opciones. Los amigos y amigas en la juerga semanal. Las risas, el baile y el canto.La evasión semanal del aburrimiento y de un “estado de cosas” injusto. La imaginación a la calle, claro, según los presupuestos.

En alguna de esas noches, la mapachada, mis compañeros/as de viaje, unos pocos, tomamos posesión de un antro cuyos administradores son nóveles en la cuestión de aventurarse a invertir en medio de la incuestionable crisis económica. El bar, un sábado por la noche, totalmente desierto, exceptunado una mesa en el rincón cuyos comensales departían sin mayor novedad. La mapachada, de extrañas apariencias, exaltados luego de la caminata nocturna, se toman la maquina de sonido y destierran de ese ambiente a la aburrida oferta comercial en la musica del bar, sustituyéndola por “villancicos de libertad”.El reggae y el ska fueron la alternativa que desató las voces y animó los esqueletos de los bichos y bichas, “trenzudos y trenzudas”, ánimas combatientes contra la aburrición.

Algo no andaba bien. Por lo menos en las mentes de los comensales del rincón, quienes, hasta ese momento y desde unas horas antes eran consumidores cuasi exclusivos del bar…y su música. En medio de la alegría, una seca voz desde esa mesa irrumpió la atmósfera en dirección nuestra: ¡Presente por la patria!,se escuchó. Atónitos, la muchachada viéndose entre si sus rojizos y cirstalinos ojos, frente a la evidente provocación, no hubo mas opción que cantar a todo pulmón el tema que sonaba – por cierto una muy famosa canción tributo a los obreros en ritmo ska- y sacarle todo el virote al piso del bar bailando el buen ska.

Puños en alto, al son del estribillo, coreábamos ¡resistencia!. Sin mas, a fuerza de baile y canto -poseídos por brebajes espirituosos o en nombre de todos los obreros del mundo no sabré precisar- ante la provocación y evidente malestar de los comensales “alimonados” por la alegría en la revolución. Quizá, ese sujeto, es portador de la percepción que la cuestión de subvertir el estado de las cosas es menester de viejos, y aviejados y amargados come niños mata vacas piricuacos y terengos. Morenos y campesinos. Con huipiles y refajos. Ignotas bestias que, para empezar, no tienen derecho a divertirse en esos lugares ni deberían estar perdiendo el tiempo ni “complicándose la vida” y que deberían estar pensando en las buenas costumbres, en la moral y cívica cristiana, bajo la disciplina de la patria, de su patria, no deberían estar pensando, ni mucho menos eso: pensando . A lo mejor tan solo invadimos su espacio. Quizá, para ese individuo, que quiso callar la alegría de los jóvenes al son de su consigna nacionalista, neoliberalismo y nacionalismo no han de ser una contradicción en sí mismos, si se lo explicaron, no sabré jamás. Ni sabré jamás si a ese individuo le explicaron porqué el capitalismo, el imperialismo, el facismo, el nacionalismo, el neoliberalismo, el militarismo, el dogma y el arenato carecen de emblemas, de pensadores, de poetas, de músicos, de pintores, de teatreros, de videastas, de cineastas, de escultores y demás formas de arte y cultura; que carecen de monumentos a la verdad y la justicia, que carecen de las premisas básicas de la democracia, que carecen, desde sus orígenes, de ideas que no hayan sido impuestas por la fuerza, que no conocen la irreverencia –misma a la que ellos/as también tienen derecho- que no conocen que de la irreverencia y del error provienen los desarrollos, que a ellos/as mismos les han vedado el derecho a subvertir cosas, a levantarse con voz y pensamiento propio. Que carecen de orgullo por los buenos y malos momentos de la historia de los de su clase. Ojala que no le lo hayan explicado, porque si se lo explicaron y lo han obviado, entonces ello explicaría el estado de frustración que provocó esa hostilidad contra la música y baile libertarios al no poder arrojar las cadenas mentales que arrastra su psiquis, condenándolo al banal, superfluo y aburrido mundo de los gregarios de lo establecido.

Con la sonrisa de la enormidad del sol (mejor del tamaño de la luna para que quede bien el presente) salimos del lugar justo después de los comensales, pagando la cuenta y abandonando el recinto sin heredar mas nada que esos momentos. A los comensales “republicanos y nacionalistas” no les satisfizo el incidente y luego de abordar sus vehículos, circundaron las calles aledañas en actitud intimidatoria. La muchachada, armados de alegría se percataron del interés de los comensales nacionalistas por acompañar –en sus vehículos- nuestra caminata al siguiente bar de la noche. Al encontrarnos cerca, y con ese tipo de fortuna que solo abraza a los plebeyos en el asfalto, desde el vehículo se escuchó un nuevo grito: ¡Malditos izquierdistas!

Seguimos nuestro camino, esta vez con la sonrisa más grande que la anterior. Una victoria de la paz, del baile, del canto, de revolución, una pequeña victoria de la alegría sobre la intolerancia y la opresión.


Dedicado a la mapachada.






Lo que se pronuncia en las sombras

Lo que se pronuncia en las sombras

Y una lagrima vela mi angustia....
y el incandescente vicio de tu cuerpo
tu cuerpo …tu cuerpo
…esta madurgada..me pertenece
---es tiempo de que asi sea…
Sere mi juez…mi cerbero y castigo
Sere mi propia celda
Para no escapar jamas
A mis propias palabras
Dos palabras escapan a mis labios
…para no ser pronunciadas


herbert vargas
Una coraza agota su nombre
Érase una vez en el Bajo Lempa, junto a Rusalki


De cuando en vez,
Posa mi mirada en ninguna parte
Totalizo criaturas en el pesado aliento de la tierra
Para que el cristalino iris pueda imaginarte

De cuando en vez,
La tierra es tormento.
Y anegan sus lágrimas
El fecundo turno del momento

De cuando en vez,
Las ranitas regresan al chaguite,
Quizá el chaguite alcanza a las ranitas,
Todo bajo la lluvia. En el escondite

De cuando en vez,
El ánima reptil enmudece,
Inhala en el aguacero,
Ahí, calientita, calientita
…hojitas precoces sin viento
Como tus imágenes todas,
Resguardan ante el Lempa
La implosión de vida en mí.

De cuando en vez,
Posa mi mirada en ninguna parte.
En la tierra, pesada criatura,
en mi aliento te totalizo
Un iris imagina cómo cristalizarte

Y Atesorar la gema cálida
..por los inviernos de los inviernos…
Ayer.

hv
Apátrida

Patria.
halagüeña palabra
de chacales y zanates
Dirigiéndose a sus presas.
Epíteto vil que inflama la estima
del adalid olivo,
Vividores falaces en su entusiasmo
Envuelto en harapos de ignorancia
… y el destello del yatagán ansioso

Patria. Postor.
Remedio de imbéciles
Que de lo local sacan valía
… a la usura global

Si la patria es
Un pálido pañuelo,
Ondeando vergüenza
Una caligrafía malograda
En un texto de hollín
La sanguinaria excusa del sátrapa
Y erguir con ello la miseria
Y la distante vereda entre la certidumbre
….Y el consumo

Si la patria es la interminable excusa,
Pre requisito indispensable
De la “cooperación internacional”
Si la patria para ser tal
Ha se seguir el eximio ejemplo
De la “gobernabilidad democrática”,
De la institucionalización ecuánime
De la imbecilidad, la injusticia y la desigualdad

Si la patria ha de ser el dibujo infantil
De un niño con su pabellón
…guiado hacia el abismo…
¡Apátrida soy!

Patria.Proveedora
¿Qué proveíste a tus hijos e hijas
En 190 años de exclusión?
Los pobres no tenemos patria.
El Capital. …
…tampoco.


Patriotas de la nueva dignidad
Reconocerse en las altivas miradas
De una masa que emerge…
Sin los pesados anclajes del axioma

¡Una palabra ha se de ser salvada!

Dic 21 , 2009
UNA NEURONA ROTA

La simplicidad de un diario
Viaje al paraíso
Ha perdido un cómplice
¡ y no guarda vacantes!

La sombra crece pues carezco de respetos
Peleando por el futuro en el presente

El fantasma me asedia…
…Cada vez que cierro los ojos





RAMA


Municipio de la Región Autónoma del Atlántico Sur.
Tierra de la Contra Nicaragüense. 5 de Noviembre de 2006.
Día en que el Sandinismo recuperó el gobierno después de 16 años de candidaturas fallidas del ex presidente Daniel Ortega Saavedra.




Sandino Vive… ¿no es así?

Esa bruma espesa
Difumina tu rostro
Y hace la íngrima ruta carmesí
Una estela multicolor
…ahora implícita en tu bandera
¡Calen en el fuego eterno de tus libertades
La ponzoña del yerro parco!
Funde el sueño del caudillo
Todas la miradas del corazón ...ahora púrpura
Sea pues Augusto César
Epitafio de la moribunda idea
Vejada por el pragma
Y el litigio Sandinista.

*Para Andrés Castro,
Durante la batalla de San Jacinto de 1856.


Cien voces dispersan
La esperanza que aparece noble ante su verdugo infame
Almeja fértil
De insoslayables llagas
Que ennegrecen la visión comprometida

¡Sacad la Luz! Del pozo usurero
Y del azar impío de ofertas y vestiduras
Jazmín mortuorio
Onírico testigo lastimero de las mortajas sandinistas

¡Ay de ti poderosa miembro de la mano fértil!
Hermana del bananero
Compañera de la diáspora
¡Ay de ti! Trémulo despojo para los chacales
La falsa promesa, esa que llaman popular
Ha carcomido tu vientre fértil y estremecido
La fuerza de tus lagos

¡Hijueputa…nuestro hijueputa!
Tuertos y parias
Del mal gobierno
Risible dibujo infantil
Somoza trumanista
Triste parodia de la oferta falaz

¡Salve por siempre tu altiva mirada!
¡Tan ajena al despojo jamás!
¡Salve por siempre tu sangre impregnada
En las lanzas de pino
….en la piedra furtiva de Andrés!




VICARIOS

Los dioses están cansados
Perennes residentes del imaginario
Astutos imbéciles dueños del tiempo
Tropelías galopan en los lustros y centenios
En nombre del axioma
Y del pensamiento inconcluso


Seréis vosotros pues cadetes de la infamia
Seréis acaso absurdos jueces de lo finito
Mientras la mofa elude sangrientas tropelías
Allá montados en las dendritas del vicario

¡Ah bellacos pelafustanes!
Mojigatos absurdos e inexcusables
Prolíficos mentores de la falacia sagaz
Responsables de todo lo dividido

¡Moriríais al ritmo del mimo verde!
Pereceréis sin nunca haber sido vistos
Ocultos como irresponsables ideas
Como los supremos versos del poeta proscrito

Soeces profetas inmundos
Habéis retrasado nuestros desarrollos
Y habrá un día
En que las razas cuelguen sus pecados
Se convertirán en savia, sangre y asbesto
Y correrán tras de si
Desenmascarando al laberinto



Herbert Vargas