CONTEXTO SALVADOREÑO
El Salvador es la más pequeña de las repúblicas de lo que se imaginó, en primer momento, como la República Federal Centroamericana. Nombre que cambió a Provincias Unidas de Centroamérica. Posteriormente el territorio pasa a ser Estado de El Salvador a partir 1856, luego de pugnas intestinas entre liberales y conservadores se produce la separación de las nacientes repúblicas, división existente hasta nuestros días. Comparte con sus hermanas la declaración de la independencia del imperio español, suceso dado el 15 de septiembre de 1821.
La economía del pequeño país, desde sus inicios, se sustenta en un modelo agroexportador, tuvo su momento culmen en la exportación prioritariamente del café desde el años 1856 hasta mediados del siglo 20. Este modelo subsistiría hasta la extinción del agro salvadoreño a causa del modelo neoliberal.
La explotación económica del café, entre otros productos agrícolas, provocó que en el año de 1861 las nacientes oligarquías criollas expropiaran los ejidos, territorios indígenas de producción colectiva.
Las desigualdades sociales provenientes de la dominación y explotación de una minoría criolla hacia la inmensa mayoría indígena, produjo diversos levantamientos en el siglo 19.
En las primeras décadas del siglo 20, el descontento social, las desigualdades, el racismo contra los pueblos originarios, la corrupción y la crisis financiera mundial de 1929, incentivaron el levantamiento indígena campesino suscitado el 22 de enero de 1932. El levantamiento se conocería como la primera insurrección popular latinoamericana del siglo 20. El levantamiento fue sofocado por el que sería después el dictador del país ascendido a través de un golpe de estado: El general Maximiliano Hernández Martínez, quien gobernaría el país hasta mayo de 1944.
La cacería de brujas, la cortina de desinformación de los medios de la época, arrojarían como responsables del levantamiento popular a los estudiantes de la Universidad de El Salvador Alfonso Luna y Mario Zapata y al dirigente comunista salvadoreño Agustín Farabundo Martí, siendo fusilados el 1 de febrero de 1932.
Luego de ese año, se instaurarían las feroces dictaduras militares en el país, llegados al poder a través de intrigas y golpes de estado entre intereses de la oligarquía salvadoreña. Estas dictaduras durarían más de 40 años.
El conflicto armado en El Salvador
Conocidos las causas de las desigualdades sociales, la explotación, el racismo la injusticia, el salvajismo de la represión militar y cerrados los espacios democráticos para la oposición política a los distintos regímenes militares, El Salvador procrea uno de los más poderosos movimientos insurgentes populares registrados en la historia latinoamericana.
Las fuerzas políticas antagónicas a la dictadura, de juntan en la formación política que disputaría el gobierno en las elecciones de 1972. Nacieron organizaciones guerrilleras y la oposición legal (PDC, UDN y MNR) se unificó en la Unión Nacional Opositora (UNO), que lanzó la candidatura de Napoleón Duarte para enfrentar a la del coronel Arturo Molina, del oficialista Partido de Conciliación Nacional, en las elecciones de febrero de 1972. El fraude dio el triunfo a este último
Ese año se funda los inicios de lo que posteriormente se conocería como el Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP. Dos años antes, el 1 de abril de 1970 su fundaría la que sería la más grande fuerza insurgente, una de las más poderosas del continente, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, escisión del Partido Comunista Salvadoreño. Con la aparición de las organizaciones político militares, se recrudece aún más la represión salvaje hacia los movimientos opositores a la dictadura militar.
Como respuesta a la violencia de estado, y luego de un largo proceso histórico de lucha reivindicativa del pueblo salvadoreño, el 10 de octubre de 1980, se funda la organización político militar unificada Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, constituida por las Fuerzas Populares de Liberación, Ejército Revolucionario del Pueblo, el Ejército Revolucionario del Pueblo, Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, Resistencia Nacional y Partido Comunista Salvadoreño.
En los diversos procesos por la defensa de los derechos del pueblo salvadoreño, los jóvenes tomaron protagonismo. Jóvenes menores de 25 años, idearon, formaron y dieron vida a la gesta revolucionaria en esa época.
Se conoce que el conflicto armado interno se recrudece aún más luego del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, Arzobispo de San Salvador y férreo defensor de los derechos humanos.
Según el informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas, el asesinato del arzobispo fue ordenado por el mayor del ejército Roberto Dabuisson Arrieta, fundador de los escuadrones de la muerte y del partido Alianza Republicana Nacionalista, partido que gobernaría El Salvador durante 20 años.(1989 . 2009)
Los Estados Unidos financiaron a las fuerzas armadas llegando a otorgar 1.5 millones de dólares diarios destinados a las operaciones militares e inteligencia que se tradujeron en el teatro de operaciones como asesinatos selectivos de líderes políticos y defensores de los derechos humanos, masacres de poblaciones enteras, mujeres ancianos y niños, torturas de personas acusadas sin proceso jurídico entre otros. Parte de esos fondos fueron a dar directamente a manos de los escuadrones de la muerte en un país donde las ejecuciones sumarias de simpatizantes, sociedad civil, líderes de oposición, clérigos y demás estaban a la orden del día.
Cese del enfrentamiento armado
El 28 de agosto de 1981, se da la declaración Franco Mexicana que reconoce al FMLN como fuerza beligerante. Cumplidas las condiciones para este reconocimiento, se obliga a la dictadura militar y a la oligarquía criolla a negociar con las fuerzas insurgentes bajo el auspicio de las naciones unidas.
Luego de evasivas por parte del gobierno salvadoreño, siendo las más evidentes suscitadas durante el gobierno de Alfredo Cristiani, el FMLN lanza su segunda ofensiva general “Hasta el tope y punto”, tomando por asalto las principales ciudades del país, pero no logrando derrocar al gobierno. En ese contexto, el 15 de noviembre de 1989, un comando especial del batallón de infantería de reacción inmediata ATLACATL( fuerza élite entrenada y financiada por los Estados Unidos) asesina a quemarropa a 6 sacerdotes jesuitas de la Universidad Católica y dos asistentes, desatando la indignación mundial ante el hecho.
Como resultado político de las operaciones militares insurgentes, el gobierno salvadoreño se ve obligado a negociar ante la presión internacional y de los mismos Estados Unidos.
Las rondas de negociación finalizan el 31 de diciembre de 1991. Se acuerda realizar el acto protocolar el 16 de febrero de 1992. El acto se realizó en el castillo de Chapultepec, México, bajo la mirada de los países amigos del proceso de negociación (México, Venezuela, España y Francia), naciones unidas y la comunidad internacional.
El cese del enfrentamiento armado no implica la existencia de la Paz. Los acuerdos de paz son un documento que da pie a la incipiente democracia salvadoreña. Entre los principales avances se encuentran: La disolución de los cuerpos represores del Estado (Policía Nacional, Guardia Nacional y Policía de Hacienda) para dar paso a la actual corporación policial de corte civil llamada Policía Nacional Civil; asimismo se disuelven los batallones élites de las fuerzas armadas, mientras que por el lado insurgente se pacta un calendario de desmovilización de las fuerzas militares revolucionarias.
Asimismo, se disuelve el anterior ente electoral para dar paso al actual Tribunal electoral que se ha desenvuelto en los últimos años en un mar de críticas por inconstitucionalidad.
Se crea también la Procuraduría para la defensa de los derechos humanos que no ha escapado al desdén presupuestario de los gobiernos del país durante los últimos 20 años.
No obstante estos acuerdos, el modelo económico y régimen político quedan fuera de la negociación quedando intactas las condiciones de injusticia social que originaron el conflicto.
Los gobiernos de El Salvador 1989 – 2010.
Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, partido heredero de los escuadrones de la muerte fundados por el mayor Roberto Dabuisson, ha gobernado el país durante los últimos 20 años.
Éstos gobiernos se han caracterizado por seguir a ojos cerrados las doctrinas neoliberales de Washington. Estas doctrinas han mermado las escasas riquezas nacionales al promover sin discusión parlamentaria e inconsultamente tratados comerciales nocivos para la economía nacional. Esta política económica ha provocado que desde el año 200, El Salvador sea uno de los 2 países americanos que ha adoptado como moneda nacional el dólar estaunidense, privando al país de políticas económicas propias y condenándolo a los vaivenes financieros del tesoro federal del país del norte. Estas características han castigado la economía familiar salvadoreña.
Esta política, se extiende hacia lo social. Los altísimos niveles de desigualdad en el país han provocado la aparición de grupos delincuenciales que van desde estructuras criminales del narcotráfico con nexos con bandas de la región, pasando por delincuentes comunes llegando hasta la aparición de bandas juveniles organizadas para el crimen denominadas “maras”
Para combatir los fenómenos delincuenciales, los gobiernos neoliberales de derecha impusieron políticas represivas orientadas a la juventud, cerrando los espacios de participación en la sociedad a los jóvenes (políticos, económicos, empleo, culturales, entre otros). Éstas políticas toman forma en la Ley Antimaras, llamada “Mano dura” y su versión más intransigente llamada “mano superdura”, que criminaliza a la juventud por casos que van desde la simple reunión en una acera, pasando por los derechos constitucionales a la reunión y tránsito.
Asimismo, El salvador permite la instalación de la versión post guerra fría de la Escuela de las Américas, llamada ILEA. La Escuela de las Américas que funcionó en Panamá como en Fort Benning, estado de Giorgia, es tristemente célebre por formar a más de 70 mil militares, dictadores, torturadores y demás violadores de los derechos humanos de toda Latinoamérica.
La actual Academia para la aplicación de la Ley, fue instalada en el país luego del rechazo de otros países a la instalación de esta escuela en sus territorios.
La ILEA forma a personal policial de varios países. El mayor número de estudiantes de la escuela son de nacionalidad salvadoreña y colombiana a quienes se les otorga, entre otros beneficios, estatus diplomático violando con ello la constitución de este país.
Cambio de gobierno
En marzo de 2009, gana las elecciones presidenciales el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, que presentó como candidato al periodista Carlos Mauricio Funes Cartagena quien tomó posesión el 1 de junio de 2009, dando fin a 20 años de gobiernos neoliberales de ARENA.
El cambio de gobierno es un pequeño avance en la democracia representativa del país, sin embargo existe una agenda pendiente en la profundización de las reivindicaciones históricas del pueblo salvadoreño.
La derogación de la ley de amnistía promulgada en 1993 por el gobierno derechista de Alfredo Cristiani, es un punto pendiente en la vida política nacional. La ley impide que en El Salvador, se procese a los implicados en delitos de violaciones a los derechos humanos y de lesa humanidad suscitados durante el conflicto armado. Asimismo, la ley impide la justa reparación de las víctimas y la persecución de los criminales. Esto ha obligado a que organizaciones no gubernamentales entablen procesos judiciales en el extranjero obteniendo resultados relativamente exitosos.
El callar de las armas no implica que exista paz. No habrá paz sin justicia social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario